JornadasPalestinasJimena
MANIFIESTO
POR LA PAZ Y LA JUSTÍCIA
Frente a los recientes y trágicos sucesos ocurridos en Palestina, las asociaciones La Casa de la Memoria, El Corral de la Paca y Bages-Jalboun lloramos la pérdida devastadora de vidas inocentes en el genocidio en curso.
Un conflicto causado por agendas políticas y fallos sistémicos.
Queremos recalcar que nuestra exaltación de la cultura palestina no es una postura en contra de ninguna otra cultura; más bien, es un tributo apasionado a la riqueza y la belleza de un pueblo que soporta penalidades injustas, inaceptables e inimaginables y a la capacidad que todos los pueblos tenemos de celebrarnos y compartirnos en paz.
Creemos con firmeza en que es obligación de todo poder político rendir cuentas por las atrocidades e injusticias cometidas. Es descorazonador e inconcebible que en esta « Era de la información » seamos testigos de una corriente incesante de sangre y sufrimiento, desde Palestina hasta Ucrania, desde Sudán hasta Siria, desde Yemen hasta Myanmar, desde Afganistán hasta cada rincón de nuestro mundo en conflicto.
Sus voces no son escuchadas, las nuestras tampoco. Los poderes han hablado con su silencio inequívoco, nos han decepcionado una vez más. Paradójicamente, el arte es nuestra última bala.
Este no es un duelo entre credos, no. No es una contienda de estandartes, ni de colores. No es la voluntad del pueblo la que mancha la tierra de sangre. Lo que sí es, es el fruto ponzoñoso de un sistema corrupto en el cual todos, por fuerza, estamos enredados.
Nadie debería tasar cuán pesadas son las lágrimas de un israelí frente a las de un palestino , ni plantearse qué madre de familia merece más su compasión ni a qué triste bandera se aferrarán en el futuro para justificar otra diáspora, otra ocupación, otra aniquilación, otro exterminio. Porque el sufrimiento es universal.
A nadie le importa tu opinión, ni la mía, ni de qué bando necesites estar para justificar que te has informado. Unámonos, en vez de dividirnos, sólo nuestra humanidad y el ejercicio organizado y colectivo de nuestro poder como sociedad civil pueden detener los horrores generados por la psicopatía de aquellos a los que sí les interesa que estemos divididos.
Instamos a cada cuerpo gobernante, desde los municipios locales, Ayuntamientos, hasta las organizaciones internacionales, a tomar medidas inmediatas y detener la violencia que está destruyendo innumerables vidas. Las voces de los oprimidos deben ser escuchadas, y los clamores por paz y justicia no deben ser ignorados. Hacemos un llamado a un esfuerzo global colectivo para poner fin a todas las formas de guerra y violencia, en aras de la humanidad, la compasión y el futuro de todos los niños existentes y por venir.